viernes, 13 de febrero de 2009

Vilipendio en el Campus


El País, 9-2-2009
Sergio Kowalski
Londres

El pasado día nueve se produjo un pequeño altercado en el edifico 7 de la Universidad de Oxford. Uno de los alumnos del college escribió al Herald Tribune un mail con una fotografía adjunta de un profesor en activo de la universidad momentos después de que, presuntamente, algunos alumnos de tercero de metafísica hubieran introducido su cabeza en un hoyo. Al parecer, según un fragmento del correo electrónico enviado al periódico inglés por Mathew Vargas, nombrado portavoz del consejo de alumnos, "el profesor John Greditown, adjunto al departamento de filosofía, llegó al aula 37 jadeando y esgrimiendo una hoja como si fuera una bandera. Al principio nadie pudo comprender lo que decía, pero en cuanto recuperó el aliento, explicó a todo el mundo el descubrimiento que había hecho esa madrugada en su estudio: 2 más 2 eran exactamente 4,12. Ninguno de los alumnos nos pronunciamos al respecto y Greditown, arremangado y nervioso, comenzó a escribir su teoría en una de las pizarras. Nadie comprendía nada de aquellos símbolos, pero como el profesor tardó seis horas en exponer con tiza sus reflexiones, y como lo hizo no sólo en las pizarras de varias aulas del edificio 7 sino también en las paredes y los cristales de las ventanas, los alumnos decidimos tras un consejo de nuestros representantes que tuvo lugar en los pasillos y en varias de esas aulas, saltar de alegría y sacar a hombros al profesor Greditown lanzando gritos al cielo. Según esta misma fuente, cuando se hubieron alejado de los edificios académicos unos doscientos metros, en un barrizal situado junto a unos álamos al que se había decidido ir por consenso, "arrojamos al profesor al lodo, quedando pinchado por la cabeza y completamente desconcertado". Un alumno cuyo identidad prefiere no revelar tomó entonces la fotografía al profesor vilipendiado y huyó con el resto de compañeros a las instalaciones académicas. "Cuando conseguí salir de la tierra, los alumnos habían desaparecido" explicó el profesor Greditown en una carta enviada al Herald Tribune dos días después, "pero fue allí, sentado en el suelo, con la cabeza llena de barro, cuando llegué a la conclusión de que aquella felonía respondía exactamente a mi hallazgo: era la prueba física que constataba la matemática descubierta. El preciso correlativo. Algo así no habría podido ser premiado con la lógica anterior. Sólo si 2 más 2 hubieran sido 4 exactamente, yo habría sido galardonado a la antigua usanza. Pero ahora, acabar en el barro, despreciado y humillado, era la prueba del éxito de mi descubrimiento. Por eso, en lugar de irme a mi casa contento, me fui verdaderamente molesto", aclaró el profesor.

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