EJEMPLOS DE DIALÉCTICA CONTEMPORÁNEA (I)
minorías marginadas
a favor- Las minorías se marginan por derecho, para no mezclarse y diluirse con el resto. La única forma que tienen las culturas de sobrevivir a La Cultura dominante es apartándose de ella. Si no hubiera bares y discotecas gays, los gays tendrían muchos problemas para conocerse entre ellos. La literatura de mujeres no es sino el trampolín para el desarrollo de una sensibilidad que, sin ella, se dispersaría. Los ecuatorianos, chinos o magrebíes de Madrid eligen sus calles en Lavapiés para no sentirse extranjeros en su barrio. ¿Qué habrían hecho hace unos años algunas bandas independientes en España sin Subterfuge? La marginación es, hoy por hoy, el único asidero para la identidad.
en contra- Estoy completamente en contra de marginar a las minorías. Los gays en Madrid se van a Chueca, la literatura de mujeres tiene su espacio editorial, todo eso es verdad, pero todo eso sirve sólo en apariencia. Porque lo que se consigue al final con los espacios marginales es condenar a las minorías que los habitan a seguir estando al margen, a no contar entre los ciudadanos “normales”. Mezclarnos, diluirnos, es lo que nos queda a todos. Un ejemplo de voluntad por la marginación lo encontraríamos en lo que un sector de los ciudadanos vascos quiere para ellos y su tierra. Y eso, antes que preservar una cultura, lo que está haciendo es matarla, o al menos mutarla. Éste es el siglo de la ruptura de las fronteras, del mestizaje. Y no se puede vender esa postura aislacionista como una resistencia al imperio globalizado, sino como la postura reaccionaria que a la larga acabará por devolvernos a los callejones sin salida del siglo XX. Nos quedarán muchas cosas por arreglar si acabamos con esa inercia por llevar al extrarradio la diferencia. Pero un negro, un chino o una lesbiana serán sólo, y de una vez por todas, ciudadanos.
Resumen de las opiniones recogidas por messenger de seis jóvenes españoles: Juan Carlos Pavón, traductor, 32 años, Madrid; Manuela Ortega, profesora de secundaria (lengua), 43 años, Granada; David Padierna, creativo de publicidad, 34 años, Madrid; Blanca Bonora, profesora de secundaria (filosofía), 32 años, Valencia; Javier Martín, estudiante y cartero, 25 años, Barcelona.
en contra- Estoy completamente en contra de marginar a las minorías. Los gays en Madrid se van a Chueca, la literatura de mujeres tiene su espacio editorial, todo eso es verdad, pero todo eso sirve sólo en apariencia. Porque lo que se consigue al final con los espacios marginales es condenar a las minorías que los habitan a seguir estando al margen, a no contar entre los ciudadanos “normales”. Mezclarnos, diluirnos, es lo que nos queda a todos. Un ejemplo de voluntad por la marginación lo encontraríamos en lo que un sector de los ciudadanos vascos quiere para ellos y su tierra. Y eso, antes que preservar una cultura, lo que está haciendo es matarla, o al menos mutarla. Éste es el siglo de la ruptura de las fronteras, del mestizaje. Y no se puede vender esa postura aislacionista como una resistencia al imperio globalizado, sino como la postura reaccionaria que a la larga acabará por devolvernos a los callejones sin salida del siglo XX. Nos quedarán muchas cosas por arreglar si acabamos con esa inercia por llevar al extrarradio la diferencia. Pero un negro, un chino o una lesbiana serán sólo, y de una vez por todas, ciudadanos.
Resumen de las opiniones recogidas por messenger de seis jóvenes españoles: Juan Carlos Pavón, traductor, 32 años, Madrid; Manuela Ortega, profesora de secundaria (lengua), 43 años, Granada; David Padierna, creativo de publicidad, 34 años, Madrid; Blanca Bonora, profesora de secundaria (filosofía), 32 años, Valencia; Javier Martín, estudiante y cartero, 25 años, Barcelona.
2 comentarios:
Me encanta cómo has empezado el blog. Espero que sigas incluyendo la sección de A favor de estar en contra. Y no porque yo haya participado... no te olvides del de música electrónica: si no se menciona una sola vez el breakcore es porque no nos gusta, qué le vamos a hacer. De todos tus encuestados soy la que tiene más tragaderas, creo. Y de Plaid no paso.
Besos.
Blanca
Gracias por pasarte por aquí, valenciana. Lo subiré, no te preocupes... y que sepas que no eres ni de lejos la que más ruido es capaz de soportar de todos los encuestados: está Juan Carlos ¿no te acuerdas de él? Que me aspen si no ha levantado el breakcore en Madrid this fucker. Pero no le ha dado por decir demasiado en la encuesta, qué le vamos a hacer. Me da a mí que no quiere hacerle demasiada publicidad al género. Underground debe ser underground: si te encuentras una grieta deleuziana mejor no decírselo a mucha gente... por cierto que cuando esté listo leeréis un poco de divulgación ideológica breakcoriana (para los no iniciados), ya que mi idea sobre la grieta no coincide con la (supuesta) de Jc: cuanto más grande, mejor. Este infierno punk electrónico no lo fagocita ni Dios.
Bs.
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